PESCA SOSTENIBLE

La Quisqueya

PESCA SOSTENIBLE

Ecosistema o Especie:Peces
Vulnerabilidad:Alta

Objetivo

• Monitoreo exitoso y cercano a la pesquería para adoptar un manejo pesquero sostenible.

• Recopilación y análisis de repetidas observaciones y/o mediciones para poder evaluar los cambios y el progreso hacia el logro de un objetivo común.

• Un enfoque ecosistémico permitirá fortalecer la capacidad de adaptación de los recursos marinos al cambio climático.

• El estar monitoreando pesquerías, permite fomentar las bases para guiar el manejo sustentable de los recursos marinos – AIDA, 2015.

• Capturar información sobre la variabilidad del uso del mar y sus recursos, en espacio y tiempo, es importante para su planeación.

• Promover esquemas de manejo basado en la mejor información científica disponible y procesos de toma de decisión transparentes y participativos.

• Apoyar el desarrollo de conocimiento científico y su uso en los procesos de toma de decisiones de política pública y de manejo.

• Generar una línea base de información.

• Elaborar planes de manejo pesquero.

• Facilitar la toma de decisiones sobre algún recurso.

Descripción del indicador

La pesca sostenible es un tipo de pesca que se lleva a cabo de una manera que no dañe el medio ambiente ni agote las poblaciones de peces. Implica el uso de prácticas de pesca que sean ambientalmente responsables y socialmente responsables, y que tengan como objetivo mantener la salud de las poblaciones de peces y sus hábitats a largo plazo.

Algunos principios clave de la pesca sostenible incluyen:

Gestión de las poblaciones de peces: Esto implica establecer límites en la cantidad de peces que se pueden capturar y garantizar que estos límites no se excedan.

Uso de artes de pesca selectivos: los artes de pesca selectivos, como anzuelos y sedales o trampas, pueden apuntar a especies y tamaños de peces específicos y reducir la cantidad de captura incidental (peces no deseados u otros animales marinos capturados de manera no intencional).

Protección de hábitats sensibles: Ciertas áreas del océano, como los arrecifes de coral y los lechos de pastos marinos, son particularmente importantes para las poblaciones de peces y deben protegerse de las prácticas pesqueras dañinas.

Promoción de prácticas de pesca responsables: se puede alentar a los pescadores a adoptar prácticas de pesca más sostenibles a través de la educación y los incentivos, como los programas de certificación.

En general, la pesca sostenible es importante para garantizar la salud y la productividad a largo plazo de los océanos del mundo y de las comunidades que dependen de ellos.
Se puede lograr pesquerías resilientes al cambio climático para conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Con el monitoreo se tiene una mejor comprensión sobre lo que pasa en una reserva marina (diseño, beneficios, costos e implementación ecológico y social) y mayor entendimiento de la manera en que afecta la pesca al ecosistema marino, que permite el diseño e implementación de herramientas efectivas para Monitoreo poder alcanzar las metas.

Un programa de monitoreo promueve la captura de peces maduros a través de la regla de peces y la hoja de información para comerciantes de pescado, lo cual ayuda a regular de manera efectiva la captura y poner fin a la sobrepesca, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y las prácticas pesqueras destructivas e implementar planes de manejo con base científica, para restaurar las poblaciones de peces en el menor tiempo posible, al menos a niveles que puedan producir máximo rendimiento sostenible determinado por sus características biológicas.

Justificación

Hoy en día muchas de las pesquerías carecen de la implementación de programas de monitoreo, manejo y regulación” (Díaz-Uribe et al., 2013; Álvarez et al. 2020).  Capturar información sobre la variabilidad del uso del mar y sus recursos, en espacio y tiempo, es importante para su planeación (Kittinger et al., 2014) y el estar monitoreando pesquerías, permite fomentar las bases para guiar el manejo sustentable de los recursos marinos – AIDA, 2015.

La pesca proporciona alimento y empleo a millones de personas. El cambio climático ya altera la distribución y abundancia de las poblaciones de peces que sustentan las pesquerías, lo que resulta en problemas de sobrepesca, conflictos derivados de alteraciones en el acceso a la pesca y en la distribución de los beneficios pesqueros. Los indicadores de pesca sostenible son medidas utilizadas para evaluar la sostenibilidad ambiental, económica y social de las prácticas pesqueras.

Wold Wild Fund Chile Describe que las pesquerías a nivel global producen más de 90 millones de toneladas de productos del mar saludables cada año y emplean a decenas de millones de personas. Existen pesquerías bien reguladas y que funcionan sustentablemente. Sin embargo, otras pesquerías podrían generar más alimentos y ganancias en el largo plazo, si mantuvieran las capturas a los niveles sustentables determinados por la reglamentación (Gaines et al., 2018). Por otra parte, la pesca ilegal contribuye a la sobrepesca. La captura incidental y los descartes (Agnew et al., 2009; Le Manach et al., 2012), afectan negativamente a la fauna marina y reducen las ganancias de los pescadores que operan respetando la reglamentación. Programas de monitoreo electrónico (ME) que usan cámaras, posicionadores satelitales y bitácoras electrónicas para registrar la captura y los descartes, se están utilizando para generar datos de alta calidad en pesquerías (Fig.1). Los sistemas de monitoreo generan los datos necesarios para asegurar el desarrollo sustentable de las pesquerías, proporcionando los datos claves para las evaluaciones científicas de las poblaciones y establecer límites de captura sostenibles. A pesar de los beneficios del monitoreo, se mantienen, las preocupaciones de los pescadores por la vulneración de la privacidad de su operación y por la resistencia al cambio, para incorporar sistemas de monitoreo basados en tecnología más eficientes

El cambio climático está en todas partes: en los patrones climáticos, en las tierras de cultivo, en los hábitats de plantas y animales. El cambio climático está afectando los bosques, las granjas, las fuentes de agua dulce y la economía, siendo los ecosistemas oceánicos el epicentro.

Existen dos formas en que el aumento de temperatura afecta nuestros océanos:

  1. Impacto en hábitats: acuáticos, corales, humedales, manglares y otros
  2. Impacto en especies: importantes para nuestro uso y alimentación

Algunos de los retos del cambio climático, como los cambios en la abundancia y distribución de las pesquerías, ya se atienden a través de políticas de manejo pesquero adaptativo, monitoreo y la adopción de diversas reglas de control. Sin embargo, muchos de estos enfoques aún no son prácticas de gestión generalizadas ni robustas, por lo que la afectación a largo plazo implicará resultados desiguales en cada región del planeta

La pesca sostenible garantiza que habrá poblaciones de vida silvestre oceánica y de agua dulce para el futuro. Los ambientes acuáticos albergan innumerables especies de peces e invertebrados, la mayoría de los cuales se consumen como alimento. (Otros se recolectan por razones económicas, como las ostras que producen perlas que se usan en joyería). Los mariscos son respetados en todo el mundo, en muchas culturas diversas, como una fuente importante de proteínas y grasas saludables. Durante miles de años, la gente ha pescado para alimentar a las familias y las comunidades locales.

La demanda de productos del mar y los avances tecnológicos han dado lugar a prácticas pesqueras que están agotando las poblaciones de peces y mariscos en todo el mundo. Los pescadores extraen más de 77 mil millones de kilogramos (170 mil millones de libras) de vida silvestre del mar cada año. Los científicos temen que continuar pescando a este ritmo pronto pueda resultar en un colapso de las pesquerías del mundo. Para seguir dependiendo del océano como fuente importante de alimentos, los economistas y conservacionistas dicen que necesitaremos emplear prácticas de pesca sostenibles.

Un detallado programa de seguimiento de las pesquerías proporcionará una evaluación integral del estado de la pesquería.

La migración de especies provocada por el cambio climático, hace necesaria la cooperación y armonización entre países pesqueros, para asegurar una adecuada gobernanza de los recursos.

Las consecuencias del cambio climático serán mayores en comunidades vulnerables, como las pesqueras. Las soluciones deben enfocarse en quienes resulten mayormente afectados por estos cambios. Criterios para la Selección de Áreas de Monitoreo

  1. Número de pescadores.
  2. Presencia de una zona de desembarque de pescado designada.
  3. Presencia de flota pesquera tanto municipal como comercial.
  4. Disponibilidad y disposición de una institución académica local con personal técnico que pueda asociarse y desarrollar la capacidad del gobierno local para llevar a cabo el trabajo de monitoreo de pesquerías.

 

Los indicadores pueden ayudar a los administradores de pesquerías y a los formuladores de políticas a tomar decisiones informadas sobre prácticas pesqueras que promuevan la sostenibilidad y aseguren la salud a largo plazo de las poblaciones de peces y los ecosistemas marinos.

PESCA SOSTENIBLE

Situación en La Quisqueya

En la República Dominicana, los principales ecosistemas que dan soporte a los recursos pesqueros son los bosques de manglar, los arrecifes de coral y los humedales, con ecosistemas secundarios como: – Las lagunas arrecifales. – Los pastos marinos. – Las planicies arenosas. – Las costas de arena. – Las costas rocosas. – Estuarios rivereños.

La pesca artesanal en el país, por sus limitaciones técnicas de embarcaciones y artes de pesca, depende en gran porcentaje de especies asociadas a los arrecifes, a profundidades de menos de 30 metros y a menos de una milla náutica de la orilla (FAO, 2001). El país cuenta con 270 lagunas, charcos y humedales naturales y 34 embalses o represas de construcción artificial, siendo los de mayor tamaño e importancia el Lago Enriquillo y la Presa de Hatillo, respectivamente. Estos cuerpos de agua poseen, de manera natural o introducida por el hombre, significativas poblaciones de peces y crustáceos de importancia comercial para la industria pesquera. Para el año 2015, un 26% de los pescadores registrados desempeñaban sus actividades en lagunas y embalses de agua dulce repartidos por el territorio nacional (PNUD, 2017). Si se toma en cuenta los pescadores ocasionales o recreativos no registrados actualmente este porcentaje podría ser mucho mayor.

En la actualidad, la industria pesquera en la República Dominicana genera unos ingresos al país de alrededor de RD$3,000 millones anuales, según datos del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (CODOPESCA). Este monto coloca a la pesca como suplidor del 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. La captura total de especies de importancia comercial para la pesca, combinando especies de peces, crustáceos y moluscos de agua dulce y salada promedia unas 13,575 toneladas anuales, basados en los últimos 12 años de datos de desembarco reportados por CODOPESCA. A pesar de esto, se estima que la producción pesquera apenas aporta entre un 17 y un 30% de la demanda nacional anual de productos del mar, que ronda entre las 50,000 y 54,000 toneladas. Gran parte de esta demanda proviene del sector turismo, consistiendo en especies de aguas frías como la merluza y el arenque, y productos procesados como las sardinas y el atún enlatados (PNUD, 2017). La industria pesquera en la República Dominicana se encuentra conformada actualmente por una flota de 4,220 embarcaciones de pequeño y mediano tamaño y 9,420 pescadores registrados, aunque las estimaciones oficiales de CODOPESCA colocan la cantidad total de pescadores en alrededor de 15,000 personas. Existen 164 puntos de desembarco para los productos pesqueros, repartidos entre las 16 provincias costeras del país. De estas, la provincia de Samaná cuenta con el mayor número de puntos de desembarco (42), embarcaciones (951) y pescadores registrados (2,161) (PNUD, 2017); pero es la provincia de Puerto Plata la que representa un 70% de la industria pesquera y reporta un 83% de la producción nacional por el volumen de las capturas (PNUD, 2017). Esta disparidad proviene de la diferencia en equipamientos y artes de pesca entre las provincias. Un 98% de las embarcaciones pesqueras del país son botes de pequeño calado, de 2 a 8 metros de eslora, impulsados por remo, vela o motores fuera de borda Los pescadores a bordo utilizan artes como las trampas de peces o nasas, chinchorros de ahorque y redes de palangre, o la pesca con arpón a pulmón o usando compresor. Este tipo de embarcaciones solo pueden realizar salidas de un día y muchas son incapaces de abandonar la barrera arrecifal o adentrarse en aguas abiertas. Sumado a esto, una cantidad sin determinar de pescadores no disponen de embarcación de ningún tipo, realizando inmersiones a pulmón con arpón o figa y desplazándose a nado desde la orilla hasta sus zonas de pesca. En el país existen únicamente alrededor de 50 embarcaciones denominadas semiindustriales. Estos son barcos de entre 8 y 30 metros de eslora, con una o más cubiertas, bodega de carga y motor interno. Estas embarcaciones pueden adentrarse hasta 10 días mar adentro en busca de capturas, usualmente actuando como “nodrizas” para un numero de botes de menor tamaño que son remolcados o las acompañan en su travesía (Geraldes, Mateo, & Vega, 2001)

La continua disminución de las poblaciones de peces requiere una gestión sostenible de los recursos pesqueros. En medio de las tendencias decrecientes de las capturas desde la década de 1980 (Pauly et al., 2002), el esfuerzo pesquero mundial que incluye prácticas pesqueras insostenibles está aumentando (Anticamara et al., 2011).

INDICADORES Y VARIABLES INDICADORAS DEL ECOSISTEMA O ESPECIE

Monitoreo pesquero y de la jornada

Biología del recurso o análisis de la captura: Mediciones por grupo de especie

Sostenibilidad ambiental, económica y social

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la pesca sostenible?

La pesca sostenible respeta los ecosistemas marinos y se adecúa al ritmo reproductivo de los peces para mantener el equilibrio y garantizar la supervivencia de todas las especies. La pesca sostenible rechaza la captura indiscriminada de alevines y especies amenazadas o sin valor comercial.

¿Cuál es la situacion actual de la pesca en República Dominicana?

En conclusión, el censo pone en evidencia un sector pesquero nacional marcado por su informalidad, fragmentado, sin acceso a financiamiento formal, con una alta dependencia a los ingresos derivados de su actividad pesquera y con prácticas que pueden comprometer la sostenibilidad de los recursos naturales.

¿Cuál es la importancia de la pesca en República Dominicana?

El sector pesquero dominicano contribuye a la economía del país principalmente a través de la creación de fuentes de empleo y la formación de la oferta de alimentos. La pesca representaba en 2012, 0.3% del producto interno bruto dominicano.

¿Cómo se desarrolla el sector de la pesca Dominicana?

En 2020, la producción se redujo en un 38.5% con relación al 2019, pues se reportaron 9,880 toneladas métricas para una diferencia absoluta de 6,186 toneladas. Dentro de los cuales, 5,905 (60%) fueron de peces, 3,856 (39%) en crustáceos y 118 (1.2%) toneladas fueron de moluscos.

¿Cuáles son las principales zonas de pesca de la República Dominicana?

De todas formas, existen pueblos dominicanos con tradición pesquera. Andújar señala entre los principales a Bayahibe, Sánchez, Samaná, Palmar de Ocoa, la Caleta, Azua, Sosúa, la zona de Bahía de las Águilas, en Pedernales y, en menor medida, Montecristi y Pueblo Viejo.
  • Reduce cada plástico que no compras es una pieza menos en el océano.
  • Evita plásticos de un solo uso. Utiliza una bolsa de tela para tus compras y opta por popotes reutilizables de papel o acero.
  • Evita los microplásticos.

¿Cómo promover la pesca responsable?

Una opción consistiría simplemente en reducir la explotación. Reducir la presión sobre la pesca permitiría recuperarse a las poblaciones sobreexplotadas y aumentaría la resiliencia de las pesquerías sostenibles a presiones como el cambio climático, la contaminación oceánica y otros factores.

¿Qué peces hay en República Dominicana?

El Tiburón, la Morena, el pez Loro, Doctor, la Raya, la Cherna y la Barracuda son de las especies más vistas y no comestibles. Otros muy conocidos pero comestibles, son el Pargo, el Chillo, el Robalo, Atún, el Mero, la Picúa, Cojinúa, entre otros.