Nairobi, 8 de junio de 2020.- Los pastos marinos pueden ser una poderosa solución climática basada en la naturaleza y contribuir al sustento de comunidades afectadas por desafíos como la COVID-19, pero están desapareciendo rápidamente a causa de las actividades humanas.
La importancia de estos ecosistemas se destaca en el nuevo informe Un tesoro sumergido: el valor de los pastos marinos para el medio ambiente y las personas, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) junto con GRID-Arendal y el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación del PNUMA (PNUMA-WCMC).
Las praderas submarinas se encuentran entre los hábitats costeros más comunes en la Tierra, con una cobertura de más de 300.000 km2 en al menos 159 países. Alimentan las poblaciones de peces, debilitan las marejadas ciclónicas y brindan muchos otros servicios a las comunidades costeras.
Estos ecosistemas son biológicamente ricos y altamente productivos, ya que proporcionan valiosos hábitats de cría para más de 20% de las 25 pesquerías más grandes del mundo. Pueden filtrar patógenos, bacterias y contaminantes, y albergan especies carismáticas en peligro de extinción como los dugongos, los caballitos de mar y las tortugas marinas.
Se estima que cada año el mundo pierde 7% de estos hábitats y al menos 22 de las 72 especies de pasto marino están en declive. Desde finales del siglo XIX se ha perdido casi 30% del área de praderas conocida en todo el mundo.
Las principales amenazas para estas praderas submarinas son la escorrentía urbana, industrial y agrícola, el desarrollo costero, el dragado, la pesca y las actividades de navegación no reguladas, y el cambio climático.
De acuerdo con el informe lanzado el Día Mundial de los Océanos, los ecosistemas de pastos marinos juegan un papel crucial en la lucha contra la crisis climática. Aunque cubren sólo 0,1% del fondo del océano, estas praderas son sumideros de carbono altamente eficientes y almacenan hasta 18% del carbono oceánico del mundo.
Los países que desean hacer su parte en virtud del Acuerdo de París pueden incluir la protección y restauración de los pastos marinos en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) para ayudar a reducir la cantidad de carbono que mantiene el calor en nuestra atmósfera.
"Los pastos marinos proporcionan alimentos y medios de vida a cientos de millones de personas, respaldan una rica biodiversidad y constituyen una de las reservas de carbono más eficientes del planeta. Su conservación es importante para la salud de la vida marina y de las personas", dijo Susan Gardner, directora de la División de Ecosistemas del PNUMA.
"Los pastos marinos representan una solución poderosa, basada en la naturaleza, para el desafío climático y el desarrollo sostenible", añadió Gardner.
A medida que la comunidad mundial trabaja para “reconstruir mejor” y fortalecer las economías y sociedades a raíz de la devastación causada por la pandemia de la COVID-19, preservar y restaurar los ecosistemas de pastos marinos puede ser una forma muy efectiva de proteger las cadenas alimentarias y crear empleos en industrias como la pesca y el turismo.
El bienestar de las comunidades en todo el mundo está estrechamente relacionado con la salud de las praderas de pastos marinos. En Tanzania, se descubrió que una disminución en el pasto marino tuvo un impacto negativo en los medios de vida de las mujeres que recolectan invertebrados, como almejas, caracoles de mar y erizos de mar. En el Atlántico norte, el pasto marino proporciona un hábitat crucial para los ejemplares juveniles de bacalao del Atlántico, una especie comercial importante que es capturada por flotas de más de una docena de naciones.
Estas praderas también forman parte del tejido cultural de muchas comunidades isleñas. Por ejemplo, en las Islas Salomón, los pescadores doblan las hojas de la hierba marina y piden a los espíritus buena suerte.
“Los pastos marinos son los súperecosistemas de nuestros océanos y brindan una increíble variedad de beneficios a las personas de todo el mundo. Sin embargo, permanecen entre los entornos acuáticos más desconocidos de la Tierra. Este informe muestra las diversas formas en que los pastos marinos ayudan a las personas a prosperar y a mantener saludable el medio ambiente natural del que todos dependemos”, dijo la Dra. Maria Potouroglou, científica de pastos marinos en GRID-Arendal y editora principal del informe.
A pesar de su importancia, nuevos datos sugieren que los pastos marinos se encuentran entre los hábitats costeros menos protegidos. Solo 26% de las praderas de pastos marinos registrados se encuentran dentro de las áreas marinas protegidas, en comparación con 40% de los arrecifes de coral y 43% de los manglares.
“Los pastos marinos pueden ayudarnos a resolver nuestros mayores desafíos ambientales. Purifican el agua, nos protegen de las tormentas, proporcionan alimentos, mantienen una rica biodiversidad y almacenan carbono. A la luz de todo lo que los pastos marinos hacen por las personas y la naturaleza, protegerlos y restaurarlos es vital”, dijo Ronald Jumeau, Representante Permanente ante las Naciones Unidas y Embajador para el Cambio Climático de la República de las Seychelles.
Conservar y restaurar las praderas de pastos marinos puede contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
NOTAS PARA LOS EDITORES
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